¿Tienes dudas sobre tu pie valgo?
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En el pie valgo es un trastorno que se produce una desviación lateral del talón hacia la parte interna y esto provoca que el peso del cuerpo se desplace hacia la zona media del pie. Esto se llama pisada pronadora, una desviación de la pisada hacia la parte interna del talón, por lo que quienes padecen este trastorno suelen gastar la zona interior de las suelas de sus zapatos. También es común experimentar cansancio al caminar, ya que los puntos de equilibrio naturales del pie están desviados.
El pie valgo acompaña frecuentemente al pie talo, que es una deformidad del pie que consiste en una constante flexión dorsal, y también puede aparecer con el pie plano. También puede adoptar diferentes grados de desviación y rigidez. En ocasiones el pie valgo se presenta con un exceso de flexibilidad de los músculos y tendones del arco plantar.
Una forma de averiguar si se padece pie valgo es observar el arco del pie. Si éste es normal cuando no se apoya pero aparece plano cuando se está de pie, es posible que se esté sufriendo. Esto viene provocado por la laxitud de los tejidos que forman la bóveda plantar, y puede ocurrir que toda la planta del pie se ponga en contacto con el suelo.
En niños se suele detectar hacia los 5 años años, aproximadamente, y se caracteriza por síntomas de inestabilidad en la marcha y la carrera, cansancio inmotivado y cierta torpeza. En algunos casos la deformidad es evidente en niños recién nacidos y es una de las deformidades intrauterinas más comunes. Existen numerosos ejercicios destinados a estimular determinados grupos musculares para mejorar el pronóstico. Antes de los 3 años es probable que la inmadurez de los tejidos del pie produzcan un efecto similar, aunque se trataría de algo normal que debería cambiar de forma natural.
Las consecuencias del pie valgo son múltiples y puede derivar en patologías como dolor en los talones, metatarsalgias, fascitis, juanetes y artritis de la rodilla. Estos problemas se pueden agravar con el uso de algunos zapatos y, dado que puede ser causa de sobrecargas, la práctica de algunos deportes puede conllevar lesiones. El pie valgo produce muchos problemas con la amortiguación que repercuten en todo el cuerpo, principalmente sobre la rodilla, la cadera y la espalda.
En función de la severidad y la causa del problema se indican diferentes soluciones que en los grados más graves requieren tratamiento médico. En la mayor parte de ocasiones se hace imprescindible llevar plantillas podológicas a medida, basadas en un estudio biomecánico de la pisada. Normalmente el calzado duro es contraproducente y resulta mejor un calzado especial. Unas plantillas adecuadas ayudan a corregir la pisada y a distribuir de manera correcta las presiones de la pisada, por lo que además contribuyen a evitar lesiones derivadas.